Soy una fotógrafa con un planteamiento mural, trabajo siempre con series numeradas a modo de cuentos cortos, generalmente presentadas en dípticos, trípticos o incluso polidípticos. Acompaño mis proyectos de proyecciones vídeo o diapositivas, lo que me permite establer otra dimensión sobre la imagen fija y abrir un diálogo. Mi objetivo es crear un clima de transición donde el espectador encuentre un espacio donde proyectarse.
Es en el soporte analógico donde he encontrado la reflexión y corporeidad de un lenguaje propio. Participo además en todo el proceso creativo, abarcando todos los aspectos de la producción fotográfica, del disparo al revelado (pasando por el collage y los procesos alternativos) y del positivado al armado. Mis imágenes están compuestas de grandes contrastes, de colores saturados, de luces blancas brillantes y de negros profundos. El gris y los medios tonos no existen. En mis escenarios la luz es épica y brillante y las sombras insondables e intensas. Es en esa abstracción donde me identifico. Un momento psicológico en el que todo emerge de las sombras.
Estoy profundamente influenciada por la fotografía impresionista y el realismo poético de los fotógrafos humanistas. Mi sujeto principal son las personas, la intimidad y el cuerpo. El cuerpo sugerido o en autorretratos como un profundo ejercicio de análisis a modo de prosopografía.
Mis paisajes son espacios que hablan de personas y estados de ánimo sin ser necesariamente emocionales, sólo formas de permanencia sin duración especifica.
En mi obra hay tres grandes líneas de discurso: EL CUERPO, LA VERDAD, EL TIEMPO. Donde las palabras: ALMA, AMOR y MUERTE dibujan una dinámica en crescendo inevitablemente trágica y complicada.
Todo lo que sé es lo que siento.